“Lo Divino en tí no está perdido, solo está dormido” “Arión Telles.”
Cada palabra es un hechizo que debemos de interpretar como ese estado de unidad donde somos uno con la Consciencia universal, lo cual Jesús llamaba el Dios Padre.
Al momento de nacer somos como un lienzo blanco e inmaculado en el que con el paso de los años vamos plasmando nuestras experiencias, creencias, credos, simpatías y antipatías. Cuando nos enfrentamos al inevitable espejo de la verdad no es difícil evitar los juicios que cargamos sobre nosotros mismos o los que nuestras personas cercanas han hecho sobre nosotros.
Nos sentimos débiles, feos, no actos, pues todos vivimos bajo el yugo de la culpabilidad que provocan nuestras acciones, sobre todo si elegimos esconderlas en nuestro interior.
Si por un momento intentamos mirar nuestro reflejo evitando emitir juicios y repitiendo conscientemente ” YO SOY”, sentiremos el aleteo de una sutil vibración interna.
Y es que el cerebro humano programado durante milenios para operar en la densidad de la materia al utilizar el “YO SOY” entra en lo que los científicos llaman, coherencia cerebral.
El cuerpo material no tiene voluntad propia, no puedo oponerse ni mandar, la vida está en el Espíritu, el Alma.
El Yo Superior es una chispa de la divinidad.
Por el hecho de tener este cuerpo casual tienes el derecho a firmar YO SOY PERFECTO, cada vez que lo pienses y lo practicas se acercan más tus dos sistemas, el superior y el inferior.
A través de su repetición consciente te alineas con la energía primordial que existe más allá de los confines de la materia.
La vibración del YO SOY permite trascender las limitaciones físicas.
El poder del YO SOY es una fuerza secreta en tu interior esperando ser despertada, un código maestro que activa el cerebro como receptor de frecuencias superiores haciendo que las células de tu cuerpo vibren en armonía.
Así como todos las plantas crecen de la misma tierra todas las almas emergen de una misma vida.
El YO SOY disuelve los condicionamientos mentales y asienta la luz del amor incondicional, es el individuo capaz de ser consciente de su propia identidad.
Nuestra misión es reconocer y aceptar el YO SOY como la magna presencia de Dios en ti, trascendiendo todo tipo de creencias y limitaciones materiales.
