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Relato de Mercedes ¿Por qué estoy aquí?

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Me llamo Mercedes y pertenezco a la Orden Hermética del Camino Sagrado
La pregunta es: ¿por qué estoy aquí? A lo largo de mi vida, y ya cuento con alguna que otra edad, he sufrido lo que se llaman crisis existenciales: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿dónde voy?, ¿qué hago aquí?, ¿por qué?, ¿cuál es la verdad?

Bueno, preguntas al fin y al cabo que pienso que todo el mundo a lo largo de su vida se ha planteado alguna que otra vez. Soy lo que se llama una Buscadora, una Buscadora de la verdad. Se comienza por leer libros, por meditar, por seguir a unos y otros falsos maestros. Y así se va rodando. Este es mi caso.

Pero te sientes sola, no encuentras a nadie con quien compartir las cosas que vas aprendiendo. Demasiada información que a su vez también causa mucha confusión. En estos días se encuentra mucha información en las redes, pero a su vez resulta demasiado confusa y no llega a profundizar lo suficiente como para poder entenderse.

No he de decir que ese anhelo del ser humano por ir más allá en busca de su alma para poder sobrellevar la locura del mundo es el camino a seguir. Esto nada tiene que ver con la conquista material, con el almacenamiento de bienes y la adquisición de poder. Esto tiene que ver con la realización del ser, esa vocecita que nos llama una y otra vez a la cual muchos no escuchan, absorbidos por la demencial vida moderna.

Pero no por bonito lo dicho resulta fácil. No se puede entrar al Reino del Cielo sin haber habitado en los infiernos, los infiernos de uno mismo. Nosete ipsum, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses, como bien decía el oráculo de Delfos.

Pocas son las personas dispuestas a admitir que la realidad que se nos presenta no es más que un reflejo de lo que traemos en nuestras Mentes y que todo lo que nos molesta del otro es algo en lo que tenemos que trabajar.

Pues con todo esto andaba yo cuando descubrí una página de Facebook: la Orden Hermética del Camino Sagrado. Comencé a leer las publicaciones, breves pero muy certeras, y cuánta información que ofrecían. Me puse en contacto con ellos cuando ofrecieron formar parte de la orden. ¡Al fin tendría personas con las que poder compartir en la misma línea de pensamiento!

Para mi sorpresa, los fundadores de esta orden son dos personas muy jóvenes, pero no por ello menos preparadas y con muchísima sabiduría. Es un honor para mí que mi maestro tenga la edad de uno de mis hijos, puesto que el futuro está en la juventud. Y si hay juventud como esta, ¡pues estamos salvados!

Como humanidad, es tan bonito que personas tan jóvenes lleven a cabo este proyecto tan grande. Dice tanto de ellos que yo, por mi parte, haré todo lo que esté en mi mano para que esto funcione.
Aquí he encontrado los hermanos que no he tenido en las charlas de los maestros. Es donde se van develando los misterios, esos que no salen en la red. Por eso animo a todos a que formen parte de esta familia para hacerla bien grande.

¿Y de qué va todo esto de la Orden Hermética?

Aquí cito “La Chuleta” que nos pasó el maestro sobre las enseñanzas de Hermes Trismegisto, el tres veces grande:

  • El entrenamiento de la mente a través de la meditación, la práctica ritual, los ejercicios de conciencia, la imaginación y el pensamiento correcto puede conducir al despertar de un yo superior.
  • Esto se recoge en el principio del mentalismo: el todo es mente, el universo es mental.
  • La mente, así como todos los metales y demás elementos, pueden ser transmutados de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración.
  • La verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental. Debemos convertirnos en científicos mentales, ir más allá de nuestra propia mente rompiendo todas las barreras que nos atan a este mundo material.
  • Todo nuestro alrededor es un reflejo de nuestra propia mente. Así como el mundo, el cosmos, es un reflejo de la mente del Todo, lo que percibimos en el mundo llamado real ha estado antes impreso en nuestra mente.
  • Así que si queremos producir cambios fuera, debemos antes trabajar nuestros estados mentales internos. Esa es la verdadera alquimia, ese es el trasmutar el plomo a oro: hacernos dueños y señores de nuestros propios pensamientos, poniendo los súbditos, los yoes internos, al servicio del verdadero rey.

El principio del Yo Soy

El principio del Yo Soy es uno de los pilares de la filosofía. Sostiene que todas las cosas se forman a partir de la conciencia pura. Como dice el Kybalion:

Más allá del Cosmos, del tiempo, del espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la realidad sustancial, la verdad fundamental.

¿Y cuál es esta verdad fundamental?

No hay una única verdad, sino tantas como personas en el mundo: la verdad de los filósofos, la de los científicos, la de los teólogos, la de las religiones

Detrás de la búsqueda de la verdad se encuentra el deseo de descubrirnos a nosotros mismos y el espacio en el que habitamos, lo que se llama la conquista del hombre. El ser humano siempre ha querido ir más allá, tanto en el mundo físico como en sus propios estados internos.

En esta búsqueda, a lo largo de los siglos, la única conclusión a la que se puede llegar es que hay algo por encima de nosotros, llámese creador, Dios, el todo, mente universal o según cada credo o religión. Este ser es el verdadero dador de vida.

El ser humano puede hacer prácticamente todo. Puede crear con su mente y hacer tangible esa creación en el mundo real. Pero lo único que no puede hacer, a pesar de poderse reproducir, es dar vida.

Vivimos en la mente viviente infinita del todo. Si nos comparamos con nuestras cortas y finitas mentalidades, el principio que sostiene que subyace en el universo una fuerza de pura bondad no hace más ni menos referencia al principio de correspondencia: como es arriba es abajo, como es afuera es adentro.

Si llevamos este principio al mundo que habitamos, observamos lo siguiente:

  • Un padre no tiene más que las mejores intenciones para sus hijos. Solo hay que observar la naturaleza: los padres viven y trabajan para el bien de sus hijos.
  • Las historias inventadas por la religión del dios castigador, de hallar culpables, etc., solo son eso. No se corresponden con la ley natural de la evolución.
  • Está claro también que hay padres que dañan a sus hijos, pero esto se debe a la más pura ignorancia del hombre y sus débiles principios y vicios desordenados.
  • Lo natural es el amor, la bondad, el servicio, el altruismo. Todo lo demás es el egoísmo del propio humano, inmenso en su propia cárcel mental.
  • Otra afirmación importante es que lo divino es uno pero tiene muchas caras y formas de manifestación. Los tres grandes reinos: el mineral, el vegetal y el animal, parten de la misma base.

Hace unos 10 años se descubrió el bosón de Higgs, o partícula de Dios, que es lo que da masa a todo el resto de partículas elementales y hace que la vida, los planetas y el universo sean como son y no de otra forma. Los científicos han tardado años en descubrir algo que los herméticos ya sabían.

¿Cómo conectar con la sabiduría de la naturaleza?

El siguiente principio enseña que para encontrar la sabiduría debemos sintonizar con las fuerzas de la naturaleza y respetarlas. ¡Cuánto misterio y verdad encierra la naturaleza! Y cuántas lecciones nos puede dar. Solo con tener un ojo atento y observador podemos aprender:

  • De la solidez de las montañas.
  • De la alegría del canto de los pájaros al amanecer, anunciando un nuevo día.
  • De los ciclos de muerte y resurrección de la naturaleza, expresados a través de las estaciones del año.
  • Del día y la noche, como expresión de un nuevo comienzo para dar luz a la oscuridad y corregir los errores del día anterior.
  • De los árboles, su solidez y enraizamiento a la madre tierra, y cómo extienden sus alas hacia lo infinito.

Y así, un largo etcétera. Lo oculto está visible a simple vista, solo hay que observar.

La chispa divina en cada ser

Este principio se relaciona con el siguiente: cada ser humano es una chispa de la bondad subyacente que toma forma material para hacer buenas obras.

Esto a su vez está relacionado con la igualdad de géneros y razas. Si todos partimos de la mente infinita del todo, y este todo es el padre creador que solo quiere el bien de sus hijos, es impensable que no todo esté hecho a través del más puro amor y la más pura bondad.

Es impensable crear banderas por colores, creencias o religiones. Todo lo que nos divide y nos separa como seres humanos no son más que nuestras pobres y lamentables creencias limitantes.

La base de toda la creación es el amor, la frecuencia del amor del padre hacia sus hijos. El odio, la separación, las guerras, las rencillas entre hermanos no son más que esta misma frecuencia vibratoria, pero vibrando a escalas muy bajas.

Los cuatro elementos y el quinto elemento
La filosofía hermética se basa en los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua. Todo en la naturaleza se sostiene por estos cuatro principios, más el de la quinta esencia.

El quinto elemento es el IA O IAO:

I como Ignus, fuego, alma.
A como Aqua, agua, sustancia.
O como Orrigo, causa, origen.

Es el equilibrio perfecto de los elementos

  • El fuego transmutador.
  • El agua para limpiar.
  • La tierra donde todo se sostiene.
  • El aire como vida, expansión de ideas y conocimientos.

Los cuatro elementos están representados en las cuatro direcciones: norte, sur, este y oeste. En los cuatro mazos del tarot: copas (agua), espadas (aire), bastones (fuego) y oros (tierra).

Y así se puede continuar con los elementos que pueblan cada reino: las salamandras del fuego, las silfides del aire, los gnomos de la tierra y las ninfas del agua. Todo engloba en sí mismo los cuatro elementos. Es el principio creador.

Autodominio, conocimiento y religión
Seguimos con el principio del autodominio mediante el cultivo de la virtud. Pero esto es una paradoja: cuanto más dominio se tiene de uno mismo, más virtud a su vez se halla. No hay dominio sin virtud ni virtud sin dominio.

La filosofía hermética sostiene que el aumento del conocimiento y la consciencia es positivo, y que ciencia y religión deben ser una. Esto sería lo ideal en un mundo soñado, pero hay demasiados intereses para que esta unión se lleve a cabo.

Por eso existen las órdenes para poder investigar tanto de ciencia como de religión en honor a la verdad.

  • El alma inmortal y el viaje espiritual

La filosofía hermética también enseña que el alma es inmortal y que este es uno de los muchos reinos de la existencia. Conforme uno va profundizando en sí mismo, se va dando cuenta de que la realidad que siempre nos ha sido presentada es una mera ilusión.

  • La conexión con el principio creador

Lo interno, el Yo Soy, te lleva a construir una fortificación, un templo más allá de lo que se nos presenta a simple vista. Te lleva a conectar con ese principio creador, con esa fuerza, esa frecuencia, esa luz. Te conecta con todo, y es ahí cuando sabes que tu cuerpo caerá una y mil veces, pero la esencia divina dentro de ti volverá también una y mil veces.

  • El viaje espiritual de la humanidad

Y por último, esta filosofía enseña que la humanidad se encuentra en un viaje espiritual para volver a un estado de unidad con el todo. La gran obra de la humanidad es:

  • Todo es espíritu.
  • Espíritu en evolución y en expansión.
  • Todo va hacia delante y todos vamos en la misma dirección.

El padre nos dio la mente y la consciencia para poder expandirla en pro de esta evolución. De cada uno depende la manera o el modo de hacerlo. Tarde o temprano, menos o más, absolutamente todos y cada uno tardaremos más o menos, pero volveremos al padre. En la mente del padre y madre, los hijos están en su hogar.

Escucha el Relato en video:

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